La inteligencia artificial: ¿un escenario del juicio final ouna edad maravillosa? POR: Dr. Donald T. Moore
Existen reacciones positivas y negativas sobre el avance de la inteligencia Artificial. Hace poco, el proyecto OpenAL Five venció por primera vez a los expertos jugadores del conocido videojuego Dota 2. En el Reino Unido, una compañía, logró que la AI aprendiera a manejar un carro en 20 minutos después de las instrucciones de un profesor. No obstante, no todo es elogio en su desarrollo, pues hoy millones de personas creen que los robots le quitarán sus empleos, lo que supuestamente les condenaría a vivir en pobreza. Tal vez el mejor consejo en este caso es “Cambia antes de que tengas que hacerlo.”1 ¿Qué es la Inteligencia Artificial (IA)? A veces se identifica como “La Ingeniería de una Máquina que Aprende el Conocimiento” (“Machine Learning Knowledge Engineering”) o inteligencia exhibida por máquinas. Llámela lo que quiere, pero actualmente tiene el mundo de tecnología dividida. El debate feroz sobre el impacto potencial de la IA en la sociedad fue encapsulado por las opiniones de dos nombres en negrito del Valle de Silicón en el estado de California.2 El presidente ejecutivo Elon Musk de Tesla y SpaceX le dijo a la Asociación Nacional de Gobernadores en 2017, que su exposición de la Contrariamente, el fundador de Facebook Mark Zuckerberg lo categorizó como hablar del juicio final después de la vida; en su forma negativa lo clasificó como “bastante irresponsable.” A pesar de la guerra de las palabras, insidiosamente la IA seguía penetrando las vidas diarias mediante los nuevos programas en el reconocimiento del iPhoneX por las respuestas dadas por los asistentes digitales de Siri, Alexa y Cortana. A la vez, con la gran cantidad de información alimentando exponencialmente muchos cerebros, las compañías como Facebook y Google están preparados para introducir discernimientos sin presidente sobre las vidas de los usuarios. Así que, ¿a dónde va el futuro de la IA? ¿Va dirigido hacia un futuro glorioso que la tecnología hace posible donde las máquinas sabias manejan las tareas domésticas o uno donde los robots acaparan y controlarán a los seres humanos tristemente impotentes? La prensa ha investigado varios accionistas para saber su opinión acerca de si son un amigo o un oponente. En este momento la conclusión parece ser que la expectación sobre el impacto potencial positivo sea templada, porque En aumento los grupos que están vigilando Algunos grupos opinan que “En general la innovación ha dado más libertad a los humanos de manera que puedan ser más productivos.” Por eso, creen que hay poca probabilidad del dominio de las máquinas sobre ellos por lo pronto. En sumo, no aceptan un futuro deprimente. No obstante, hay un creciente número de los grupos que se forman para tratar de asegurarse de que el futuro deprimente nunca suceda, pero proponen que los grupos se mantengan alertas. A veces, algunos líderes de estos grupos cambian su punto de vista como lo hizo Steve Woznick, un cofundador de Apple. Al principio estaba de la opinión de que las máquinas con una percepción como los humanos eventualmente podrían presentar un riesgo para la humanidad de homo sapiens. Ya cambió su parecer principalmente porque los seres humanos todavía están perplejos de cómo el cerebro funciona casi como la magia. A su vez, eso quiere decir que hace difícil para los científicos crear máquinas que piensan de por sí. Por eso, Woznick ha razonado que ahora para los seres humanos pueden parecer inteligentes, pero eso es muy diferente de realmente ser una copia o réplica del funcionamiento del cerebro. “Si no entendemos los procesos de cómo se almacenan las memorias, ¿por qué preocuparnos acerca de cuándo la singularidad va a dominar todo y manejarlo?” La palabra singularidad se refiere al momento cuando las máquinas se convierten tan inteligentes que sean capaces de hacerles funcionar y después mejorarlas. Y ¿qué opinan los consumidores? El Centro de Investigación Pew (Pew Research Center) publicó una encuesta en octubre del 2017 que entre la mitad y tres cuartos de los contestadores se clasificaron a sí mismos como “preocupados” cuando se les preguntó acerca del impacto sobre el quehacer de los trabajos humanos (72%), evaluando a los candidatos de empleo (67%), construyendo carros que guían por sí mismo (54%) y cuidando a los ancianos (47%). Otra encuesta por el periódico “USA Today” mostraba matices de preocupación con 73% de los contestadores, diciendo que preferían que la IA se limitara a dar a conocer la nueva tecnología de manera que no llegue a amenazar a los seres humanos. Comoquiera los investigadores occidentales no tienen otra alternativa que seguir adelante con los desarrollos de las máquinas porque los orientales no van a detenerse. La IA pueda aparentar ser amenazante, pero no es realista abandonar el campo en un mundo competitivo. Y ¿qué opinan los académicos universitarios? Los académicos universitarios ven que los cambios tecnológicos de la inteligencia artificial hacen posible que supere el desempeño de los humanos. Los dispositivos ayudan a superar las lesiones y los robots brindan compañía y sexo.3 Por eso, habitar en este nuevo mundo es vivir en uno ‘marcado por mayor posibilidad, fluidez, cambio y negociabilidad que por imágenes anticuadas de naturalezas y capacidades inalterables.’ Por eso, esa tecnología “nos obliga a examinar nuestros valores humanos.” Hay “consecuencias en enseñarle a la gente a interactuar emocionalmente con máquinas que no pueden reciprocar con autenticidad... Estos robots pueden representar empatía en una conversación sobre tu amigo, tu madre, tu hijo o tu amante, pero no tienen experiencia de ninguna de estas relaciones, según la profesora Sherry Turkle del Instituto Tecnológico de Massachusetts. “Las máquinas no han conocido el arco de la vida humana. No sienten nada de la pérdida o el amor humano.” “A medida que las máquinas sean programadas para parecer más empáticas..., los niños perderán su capacidad para mostrar empatía si interactúan con ellas con demasiada frecuencia debido a que son un “callejón de empatía sin salida.” Pasar un tiempo de aparente empatía con la máquina “Es [por lo tanto] tecnología que nos obliga a olvidar lo que conocemos sobre la vida... Ser un ser humano hoy día tiene que ver con la lucha por mantenernos auténticamente empáticos.” Esa es una lucha que vale la pena librar. “La empatía es uno de los rasgos que nos definen,” según el profesor Dan Ariely de la Universidad de Duke, aunque tenga un lado oscuro. “Debido a que nuestra habilidad para preocuparnos aparece cuando estamos expuestos al sufrimiento, y a que tenemos el instinto de tratar de evitar el dolor, a menudo estamos tentados a evadir eso mismo que nos hace humanos: preocuparnos.” Abandonar la empatía para evitar la agonía es una reacción suficientemente común que algunas personas buscan de los no humanos, una contradicción evidente: el peligro de querer no ser una persona o un individuo. “¿Qué versión de la humanidad elegiremos, individual y colectiva? ¿Abriremos los ojos al dolor de otros, para sentir con ello la necesidad de hacer algo para ayudar? ¿O tan solo nos volveremos mejores para desviar la mirada?”4 Y ¿Qué opinan algunos cristianos? Si falta la empatía en las relaciones interpersonales, ¿entonces podrán los robots igualar o duplicar las relaciones matrimoniales de los seres humanos? ¿Y qué de las relaciones genuinamente espirituales con Dios y entre hermanos de la fe? Aunque los científicos podrían programarlos con una religiosidad y un ritualismo legalista, pero ¿qué de una relación sexual con amor genuino e íntimo en el acto sexual y la reproducción de hijos de su misma naturaleza? Tal vez podrían los robots fabricar otros robots, pero no con las relaciones genuinas entre varón y hembra con la misma emoción y las sensaciones de un matrimonio o pareja humana. Como cristianos podemos ser realistas en un mundo secular egoísta y entregado a las pautas objetivas de la ciencia. De hecho, existen los dictadores y tiranos en varios países que manipulan y controlan las vidas de sus súbditos sin el desarrollo de completo de los robots dominantes en el día de hoy. Si somos realistas en un mundo dominado por más y más de esta tecnología con inteligencia artificial, siempre habrá algunos dictadores y tiranos que toman ventaja para mantener su firme control sobre otros. Como cristianos tenemos que mantenernos alertas, porque los robots representan una amenaza para los dedicados a su Señor y Salvador, sus convicciones y su fe, igual que los de las otras religiones. Ya algunos dictadores y “presidentes” nos quieren dominar y controlar aún más de lo que pueden mediante las leyes actuales y las decisiones de los jueces prejuiciados y que favorecen mejorar sus vidas seculares, sexistas y anti bíblicas. Tal vez algunas películas de la ciencia ficción no son tan idealistas como algunas personas, pues reconocen que la maldad realmente existe en este mundo del Siglo XXI y que hay quienes se aprovecharían de cualquier invento para sus fines egoístas. De hecho, un robot no tiene una necesidad por un Dios que es el Ser Supremo, porque por lo menos tiene un inventor o creador, un ser humano o más, que lo hicieron. En un programa de “Star Trek” un IA muy inteligente tenía el deseo de conocer su creador y lo buscó y lo encontró, pero nunca buscó el Creador divino de su creador humano. Eso provee evidencia que por naturaleza un robot es un ateo y no tiene por naturaleza una necesidad de vida espiritual dentro de su interior. Por ende, no es un ser con una consciencia moral innata como los seres humanos, sabiendo que ciertas cosas son malas y otras buenas. Tampoco es formado dentro una cultura de un grupo étnico o una nación, pues no ha tenido una existencia en una comunidad de su origen. Eso quiere decir que tampoco tiene un respecto innato por los seres humanos, sean hombres o mujeres o niños o niñas o bebés. No tiene una capacidad sexual innata como los seres humanos y no siente un respeto por la vida sexual de otros. No tiene un sentido como dueño de una propiedad o posesión o de las emociones religiosas o respecto por los que tienen una vida espiritual basada en un Dios de gracia, amor y misericordia. Por eso, no practican una religión. Y ningún ser humano puede igualar o duplicar la misericordia, gracia y amor de Dios en una IA inventada. Aún más, muchas veces el cuerpo humano puede sanar a sí mismo de ciertos defectos, dolores o dolencias y la ciencia todavía no puede explicarlo todo eso. ¿Y qué de las emociones fuertes de los seres humanos que los robots no tienen por naturaleza? A veces los seres humanos necesitan una sanidad emocional del enojo, rencor, deseo de vengarse, celo y la envidia en el interior de su corazón y en lo más íntimo de su cuerpo. Pero mediante el Salvador Jesucristo, el perdón de Dios puede penetrar hasta el mero interior y aprender a perdonar.□
1 Ismael Cala, “Inteligencia artificial,” El Vocero de
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